3 de septiembre de 2010

Directo a su conciencia

COMPARTIENDO EL EVANGELIO CON UN GUSANO

Un indígena oriundo de Centroamérica había hallado la paz en Dios. Había cambiado radicalmente, de una vida descontrolada de vicios, infidelidad y de idolatría a una vida de verdadera satisfacción y paz.

Siempre hablaba de su salvación y de lo que Jesucristo había hecho por él. No le importaba dónde estuviera ni quién estuviera viéndolo o escuchándolo. A todos les daba el testimonio de su conversión

Un día un amigo suyo le preguntó en tono burla y de critica:

—Churunel, ¿por qué hablas tanto de Cristo?

Churunel no respondió de inmediato, sino que comenzó a recoger palitos y hojas secas que fue colocando uno sobre otro en un círculo. Entonces buscó hasta hallar un gusanito, y lo puso en el centro del círculo. Sin decir palabra, encendió un fósforo y lo acercó a las hojas y a los palitos secos.

El fuego dio la vuelta al combustible seco, y el gusanito atrapado comenzó a buscar locamente cómo salir, pero no podía.

El fuego comenzó a avanzar hacía el centro, el calor se fue acercando al gusano. Éste, desesperado levantó en alto la cabeza como dando a entender que de la única parte que podría salir con vida seria por la parte de arriba, en otras palabras El gusanito sabía que su única salvación tendría que venir de arriba.

Al verlo así, Churunel se inclinó y le extendió sus dedos. El gusano se asió de ellos y el indígena sacó el gusano de en medio del fuego.

Fue hasta entonces que Churunel emitió su primera palabra.

«Esto —explicó Churunel— es lo que Cristo hizo por mí. Yo estaba atrapado en los vicios del pecado, en un infierno de maldad y no había esperanza de salida para mi. Había tratado por todos los medios posibles, de salvarme a mí mismo, pero me era imposible.

»Entonces el Señor se inclinó hacia mí y me extendió su mano de gracia y misericordia, Lo único que tuve que hacer fue asirme de Él. Cristo me sacó de esa prisión y dio sentido a mi existencia; por eso no puedo dejar de contarles a todos lo que el hizo por mí.»

Aquel indígena describió a la perfección lo que Cristo puede y quiere hacer por cada uno de los que le reconocen como el único medio dado por Dios para ser salvos de la esclavitud del pecado, y del juicio que vendrá sobre todos los hombres. Hechos 4:12.

Sin Cristo estamos atrapados y perdidos. Más vale que reconozcamos de una vez por todas que la vida real no respalda el argumento popular que dice: «El día que yo quiera dejar el del pecado, puedo dejarlo.» De no ser por una ayuda que venga de arriba, moriremos en nuestros pecados.

El perdón y la paz que Churunel recibió de Dios, lo convirtieron en un testigo eficaz del amor y la misericordia del Señor. Cristo dijo: Recibiréis poder, cuando halla venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en samaria, y hasta lo ultimo de la tierra. Hech 1:8

¿Esta siendo usted un testigo de lo que Cristo ha hecho en su vida? Sino es a si, tal vez usted todavía no es Salvo. Le aconsejo que con sinceridad, se examine a si mismo si realmente esta en la fe. Porque el que esta en la fe del hijo de Dios, testifica con pasión y sin temor.

Bendiciones:

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