20 de febrero de 2011

Directo a su conciencia

Dios honra a los que le honran

19:17 A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar. 




Un viejo pastor chino, salió una mañana de su casa para predicar la palabra de Dios, en un lugar pobre y apartado, lo único que llevaba era su biblia y dos centavos para su almuerzo. 
Mientras caminaba, se le acercó un mendigo quien le dijo que tenia mucha hambre, que por favor le diera algo de comer,  Como lo único que tenía era el dinero de su almuerzo, el pastor le dijo que no podía ayudarlo porque se quedaría sin almuerzo.
Entonces Dios hablo al corazón del pastor y le dijo que le diera al pobre el dinero que tenía para el almuerzo, a cambio, el Señor prometió darle mucho mas de lo que le daba al mendigo. 
Dios le hablo, trayéndole a su mente la cita bíblica de “proverbios  19:17  que dice: A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar” 


El pastor entonces entrego los dos centavos de su almuerzo al hambriento hombre, en el nombre de Dios y prosiguió su camino.
Cuando terminó de predicar su sermón, sentía mucha hambre, pero sabía que no tenía ninguna esperanza de comer algo ya que la comunidad a la cual predico  era muy pobre.  Tenía cosas que hacer después del servicio, pero tenía tanta hambre que tuvo que volver a casa.
Cuando le contó a su esposa el hambre que tenía y por qué había vuelto tan temprano, ella comenzó a regañarlo, porque consideraba que había sido una tontería regalarle su dinero al mendigo, y lo dejó sin comer hasta la cena.

Finalmente, llegó la hora de cenar. Cuando terminaron, la esposa preguntó:
— ¿Dónde está lo que prometió devolverle el Señor?
—Ya vendrá —le contestó el pastor con sencillez.
— ¿Dónde está el dólar? —preguntó nuevamente sarcásticamente la esposa a la hora de acostarse.
En ese preciso momento llamaron a la puerta. Eran dos representantes del gobierno que necesitaban información acerca de la historia de la región, y el pastor les había sido recomendado como el único


que tenía aquella información. Durante dos horas el pastor contestó sus preguntas. Al terminar, le dieron las gracias y pusieron no dos centavos sino cinco dólares sobre la mesa.
El pastor levantó los ojos al cielo  y con lagrimas en sus ojos bendijo a Dios con todo su corazón,

por su infinita fidelidad. 

Reflexionemos.
Estimados hermanos, Dios nunca deja  avergonzados a los que le creen, este pastor, no quedo avergonzado ante su esposa, Dios honro su  fe, el Señor le proveyó mucho mas de lo que le había dado al hombre hambriento. 
De muchas maneras, providenciales y misteriosas, obra Dios para recompensar a sus siervos que creen a su palabra, que son generosos y misericordiosos.
Dios prueba nuestra fe en él de muchas maneras, algunas veces quiere que nos desprendamos de las cosas materiales para el bien de otros, otras veces, nos pone en escases económica, para que nuestra confianza no sea el dinero sino él. Otras veces con quebrantos de salud, paraqué entendamos que en este mundo, somos peregrinos y extranjeros. En fin, cada suceso de nuestra vida es una prueba, en la cual Dios nos moldea como el alfarero, transformándonos a la imagen de su hijo Jesucristo, mostrarnos  así su gran amor y fidelidad. 


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