DANDO SIEMPRE GRACIAS
Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre
de nuestro Señor Jesucristo. Efesios 5:20.
No es suficiente con agradecer a Dios solo por las bendiciones, es necesario llegar al punto de ser agradecidos “por todo”. Hasta por el dolor y las lágrimas, por las enfermedades, incluso por cosas que no entendemos y que nos hacen sufrir por injusticias que nos dejan el corazón partido.
El mundo en el que vivimos es un mundo de dolor. El pecado trajo sufrimiento y muerte. La tristeza, es ley de esta vida. Sufren los justos y los injustos; nadie es inmune al dolor. Entonces, Dios toma el dolor y lo transforma en un instrumento pedagógico para sus hijos. Es en el sufrimiento que somos enseñados y crecemos, es a través de esas situaciones que somos conducidos al valle de la purificación. De la misma manera que el oro y el diamante, que en el fuego de las dificultades y en el dolor del esmeril, se hacen más puros.
Tal vez no lo entendamos hoy. Es posible que en este momento nuestro mundo se derrumbe a pedazos. Miramos hacia adelante y nada vemos, las sombras nos asustan, el panorama del mundo y las circunstancias es totalmente incierto y catastrófico.
¡Pero la palabra de Dios nos dice que debemos ser agradecidos por todo! Pero… ¿Cómo serlo, cuando el dolor nos asfixia? ¿Cómo hacerlo cuando el panorama del mundo es catastrófico e incierto? La respuesta es sencilla pero profunda a la vez. Cambiando nuestra cosmovisión, es decir, mirando el mundo y las cosas como Dios la ve, Aprendiendo a ver lo que hay detrás de las circunstancias.
Dios quiere que cuando digamos “Gracias, Señor” reconozcamos con seguridad que por detrás del dolor y de Las lágrimas, Dios está en control de todo, y tiene un propósito bueno, santo y perfecto en todas las cosas que nos suceden. Al hacer esto inconscientemente te sentirás seguro y tranquilo aunque no lo percibas conscientemente.
Los problemas continuaran, pero tu vida se iluminara y podrás caminar y enfrentar los problemas aunque el sol todavía no haya salido.
Por eso, hoy, dirige tus ojos a Dios y dile: “Señor, no entiendo nada. Desde mi punto de vista, lo que me está sucediendo parece absurdo e injusto, pero tú eres mi Dios y aunque no entiendo ni imagino por qué permites que sufra, acepto tu plan soberano en mi vida, y te agradezco por que se que todo será para mi bien”.
En ese instante verás cómo, desde el fondo de tu ser; de allí donde solo había un ser temeroso y pesimista, nace un guerrero con actitud victoriosa para la lucha, sabiendo que, aunque tengas que sangrar, la victoria está asegurada.
Para pensar…
¿Es usted una persona que da gracias a Dios por todo? ¿Oes de las que reniega cuando pasa algo que a usted no le agrada?
La palabra de Dios nos enseña que aquel que no da gracias a Dios, su corazón se enorgullece, y como consecuencia su necio corazón es entenebrecido. Romanos 1:21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron GRACIAS, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
Estimado hermano, salga a sus actividades diarias “dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
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